
¿Puede una infección estomacal causar cáncer? La mayoría de las infecciones no, la bacteria Helicobacter pylori tiene la peculiar capacidad de generar cáncer en ciertas personas. Este microorganismo infecta el estómago y está relacionado con la gastritis, el reflujo y la acidez. Se estima que en México, 8 de cada 10 están infectadas por este microbio. ¿Eso significa que todos desarrollarán cáncer? No necesariamente, pero Nanolab y Trueonco te explican la relación entre el Helicobacter pylori y el MALToma, un cáncer poco conocido en el que la genética puede jugar un papel importante.
La bacteria Helicobacter pylori
Es posible que jamás hayas escuchado del Helicobacter pylori, pese a que es una bacteria increíblemente común. Se estima que afecta al 50% de la población mundial y cerca del 66% de los mexicanos. Este microbio ha evolucionado sorprendentes características que le permiten sobrevivir en un lugar tan inhóspito como el estómago y generar infecciones crónicas.
Como muchas de las bacterias gastrointestinales, H. pylori se transmite por condiciones de higiene deficientes. Se ingiere con alimentos o agua contaminados y se establece en el estómago. La mayoría de los microbios no sobreviven en este órgano debido a su potente ácido, cuyo pH es similar al ácido de una batería. Sin embargo, H. pylori ha desarrollado una estrategia para sobrevivir este ambiente hostil: produce una sustancia alcalina que neutraliza el ácido. Así que la bacteria vive en una burbuja con un pH más cercano al neutro.
Curiosamente, las propias células del estómago no toleran bien el ácido, por lo que producen una pared de moco protector. H. pylori penetra esta barrera y se adhiere a las células. Posteriormente, secreta moléculas irritantes, que con el tiempo, generan úlceras, acidez y reflujo. Si la infección no se atiende, puede desarrollarse un cáncer llamado MALToma, aunque no todas las personas infectadas lo desarrollan.

El Helicobacter pylori y el cáncer
El cáncer es un grupo de enfermedades complejas, pero todos tienen en común la pérdida del control celular. Normalmente, las células siguen un ciclo ordenado para dividirse y multiplicarse, un proceso regulado por genes y proteínas específicas. Sin embargo, cuando ciertos genes mutan, este control se pierde lo que puede provocar una proliferación celular descontrolada, y, en algunos casos, cáncer. Si te interesa aprender más sobre el cáncer te invitamos a leer este blog.
Como se mencionó antes, Helicobacter pylori secreta moléculas irritantes que provocan acidez, úlceras y reflujo. Estas sustancias dañan las células del estómago, lo que activa genes y proteínas defensivas. Estas proteínas son como una alarma, alertando al sistema inmune.
Como un ejército bien organizado, el sistema inmune cuenta con varios “cuarteles”. Algunas células inmunes patrullan la sangre, mientras que otras se alojan cerca de distintos órganos. Un ejemplo son los ganglios, que aumentan de tamaño durante infecciones. MALT o por su nombre completo tejido linfoide asociado a mucosas es un sistema de tejido linfoide similar a los ganglios linfáticos, en él habitan y trabajan células inmunes. El MALT se puede subdividir por regiones:
BALT, en los bronquios.
CALT, en los ojos.
NALT, en la nariz.
GALT, en el sistema digestivo.
Cuando el Helicobacter pylori daña al estómago, las células inmunes más cercanas son las del MALT o GALT, si eres muy específico. Para contener y erradicar la infección, estas células se multiplican. Sin embargo, H. pylori suele salir victorioso y logra persistir en el estómago sin ser eliminado. Dado que la infección no desaparece, el sistema inmune permanece activado, tratando combatir la infección.
Cuando el sistema inmune entra en combate, realiza clones para aumentar la fuerza del ejército. Este proceso se conoce como proliferación clonal. Una vez que la amenaza desaparece, la mayoría de estas células se autodestruyen mediante un mecanismo denominado apoptosis. Las pocas células sobrevivientes entran en un estado de reposo, listas para reactivarse si reaparece la infección. No obstante, dado que H. pylori no es eliminado, el sistema inmune continúa haciendo clones constantemente. Esta actividad repetitiva aumenta el riesgo de cometer errores durante el ciclo celular, lo que puede ocasionar mutaciones y dar origen a un tumor. Cabe mencionar que no todas las cepas de H. pylori tienen la capacidad de causar cáncer ni todos los pacientes lo desarrollan.

El MALToma
El MALToma es un cáncer que se origina a partir de los linfocitos B, las células encargadas de producir anticuerpos. Cuando estos linfocitos permanecen activados y se dividen constantemente, pueden desarrollar mutaciones complejas llamadas translocaciones cromosómicas. Estas alteraciones provocan que las células se vuelvan hipermutantes, acumulando un gran número de mutaciones.
Una translocación es un evento donde un fragmento de un cromosoma se rompe y se une a otro cromosoma distinto. Los humanos, usualmente, poseen 46 cromosomas, organizados en 23 pares, y cada gen ocupa una posición concreta en ellos. Cuando ocurre una translocación se puede perder o alterar la información genética o se pueden generar genes quiméricos (fusionados). En el MALToma, estas fusiones favorecen la multiplicación y supervivencia celular. Las siguientes translocaciones son las más comunes este linfoma:
Cromosomas 11 y 18 (11;18): impide el suicidio celular (apoptosis).
Cromosomas 1 y 14 (1;14): favorece la supervivencia celular.
Cromosomas 14 y 18 (14;18): favorece la supervivencia celular.
Cromosomas 11 y 18 (11;18).

Prevenir e identificar MALTomas
El MALToma es difícil de detectar porque sus síntomas son inespecíficos y pueden confundirse con afecciones digestivas comunes, como acidez, reflujo, náusea, diarrea y dolor estomacal. En algunos casos, la infección puede perforar el estómago, lo que representa una urgencia médica. A menudo, este cáncer se detecta durante endoscopías o cuando no se logra tratar el malestar estomacal.
La mejor estrategia para prevenir el MALToma es eliminar la infección de Helicobacter pylori. Para ello, se realizan pruebas de detección y, si es necesario, se dan antibióticos. Es importante acudir al gastroenterólogo ante el malestar estomacal persistente. Si el especialista considera que la edad, historia clínica y síntomas son preocupantes, puede recomendar una endoscopía para analizar el intestino y estómago. Durante este procedimiento, es posible tomar biopsias para confirmar o descartar la presencia de un MALToma.
El rol de la genética en los MALTomas
La genética desempeña un papel clave en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los MALTomas.
Prevención: Puede ayudar a identificar mutaciones críticas que aumentan el riesgo de desarrollar estos tumores.
Diagnóstico: Aunque aún no es una herramienta de uso generalizado, permite detectar mutaciones y translocaciones específicas asociadas a la enfermedad.
Tratamientos: La genética es fundamental para la medicina personalizada, que selecciona tratamientos basados en las mutaciones presentes en las células tumorales. Este enfoque permite elegir tratamientos con mayor probabilidad de éxito.
En Nanolab, a través de nuestra línea de oncogenética Trueonco, ofrecemos análisis genéticos para cáncer hereditario y prevención. También realizamos estudios de mutaciones en tumores para facilitar diagnósticos y seleccionar tratamientos precisos. Además, en nuestros laboratorios contamos con genetistas especializados en oncogenética, quienes pueden brindarte asesoría mediante consulta genética.

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