Los peligros del uso indiscriminado de antibióticos

Los antibióticos son de los medicamentos más importantes que existen ya que ayudan a combatir una gran gama de enfermedades. Antes del siglo 20 las infecciones eran de las causas de mortalidad más importantes incluso en el mundo industrializado. La expectativa de vida era poca, para ponerlo en perspectiva hace casi 100 años, en 1930 en México la expectativa de vida era de 34 años mientras que hoy es de 75. Por otro lado, en el mundo industrializado la expectativa de vida era de 47 años a principios del siglo XX. En el siglo XIX y principios del siglo XX las infecciones azotaban al mundo, difteria, varicela, gonorrea, tuberculosis, fiebre escarlata, cólera, neumonía, sífilis y muchas más enfermedades infecciosas ahogaban al mundo en enfermedades. No obstante, hoy esos tiempos están atrás gracias al descubrimiento de antibióticos. Para celebrar a los antibióticos vale la pena repasar un poco de historia y de los peligros que acechan si no los utilizamos bien porque aunque hoy son un tesoro estos antibióticos, si no los usamos con precaución en el futuro podrían volverse inútiles e imagina regresar a los tiempos donde la esperanza de vida era de 34 años por enfermedades infecciosas.
¿Qué son los antibióticos? Te sorprenderá saber que los antibióticos son sustancias únicas que son producidas por las mismas bacterias y hongos. Estas sustancias son una ventaja evolutiva que ayuda a las bacterias y hongos a sobrevivir y a competir por recursos. Si eres una bacteria no quieres que otra bacteria te gane el lugar, lo que deseas es sobrevivir. Por ello, estas bacterias y hongos producen sustancias antimicrobianas que eliminan a la competencia, todo es una ventaja evolutiva. Te sorprenderá saber que ya las culturas antiguas conocían que varios hongos tienen propiedades antimicrobianas; los egipcios por ejemplo inoculaban las heridas con pan mohoso para evitar que se infectaran y en varios casos esto funcionaba ya que como ya se mencionó varios hongos producen sustancias antimicrobianas. Sin embargo, el primer antibiótico no se descubriría hasta siglos después en 1928.

Durante el septiembre de 1928 el mundo de la medicina y la vida en general estaban por cambiar cuando Alexander Fleming regresó de unas vacaciones a su laboratorio en el hospital de Santa María (St. Mary´s Hospital) en Londres. Mientras analizaba cultivos de unas bacterias llamadas estafilococos, una de las bacterias más comunes y las causantes de abscesos, forúnculos y las infecciones de garganta, que había dejado antes de irse de vacaciones encontró en uno de sus cultivos algo inusual. Uno de sus cultivos que había estado cerca de la ventana se había contaminado con un moho y para su sorpresa este moho había matado las bacterias de su cultivo. Interesado por el efecto del moho en las bacterias identificó que el hongo que las había eliminado era una penicillium notatum un hongo de la familia de las penicilinas. El científico fue más allá y describió que no era el hongo per se el que mataba a las bacterias sino algo que esté secretaba, a ese compuesto lo llamo jugo de moho. Fleming posteriormente descubrió que este compuesto era capaz de eliminar a un gran número de bacterias al inhibir su crecimiento. A partir de ese momento empezó una nueva era, la era de los antibióticos.
Los antibióticos cambiaron al mundo. La expectativa de vida gracias a los antibióticos pasó de ser de 40 años a casi 80 años. Las enfermedades que lideraban las causas de muerte cambiaron, dejaron de ser causas infecciosas para volverse enfermedades no comunicables como los infartos, la diabetes y el cáncer. La población de la tercera edad pasó de ser el 4% de la población a ser el 13% de ella. Las infecciones aunque siguen ocurriendo pasaron a ser un problema para solo ciertos grupos como los pacientes con cáncer, diabetes, inmunodeprimidos y pacientes de cirugías. Pero nuestro uso despreocupado de estos medicamentos nos trajo nuevos problemas. Ya decía Charles Darwin que no es la especie más fuerte la que sobrevive sino la que tiene capacidad de adaptarse. Miles de especies de bacterias, hongos, parásitos y virus no estaban dispuestos a ser eliminados de la vida, evolucionaron y aprendieron a escabullirse de los antibióticos. Nuestro descubrimiento y uso indiscriminado de antibióticos llevó a la creación de microbios resistentes a antibióticos.

Un patógeno resistente a antibióticos es aquel que en un principio era eliminado por un antibiótico pero gracias a ciertos cambios ese mismo antibiótico ya no le perjudica. La resistencia a antibióticos ocurre sobre todo en las bacterias se vuelven resistentes y dejan de ser sensibles a los antibióticos. Los organismos resistentes a antibióticos son difíciles de tratar porque los medicamentos comunes no les hacen nada; en cambio para tratarlas se necesitan dosis más altas o medicamentos más tóxicos para intentar combatirlas. Las infecciones resistentes se han vuelto un grave problema, se calcula que 23 mil personas mueren a causa de estas infecciones solamente en Estados Unidos. Algunos expertos advierten que estamos camino a regresar a la era de pre antibióticos donde la vida media era de 34 años. ¿Cómo llegamos a los microbios resistentes? La realidad es que los microbios no se dejan vencer fácilmente, han desarrollado muchas formas para evitar ser destruidas haciendo enzimas que destruyen el antibiótico, cambiando sus proteínas para que el antibiótico no se les pueda unir e incluso mutan para escapar de los antibióticos. Ahora bien podríamos culpar simplemente a las bacterias y a su obstinación pero la realidad es que gran parte es nuestra culpa.
Nosotros, los humanos, tenemos gran parte de la culpa de la creación de microbios resistentes, hemos causado que los patógenos evolucionen y se libren de los antibióticos. Uno de los principales problemas es que sobre usamos los antibióticos y eso ocasiona que eliminemos a las bacterias sensibles pero dejemos vivas a las resistentes así que ahora las resistentes pueden multiplicarse sin nada de competencia. También nuestro sobre uso causa que haya una presión evolutiva y las bacterias muten; Basta con que una bacteria mute para que empiece a hacer una legión de bacterias mutadas que son insensibles a los medicamentos. Otro problema es que usamos medicamentos cuando no los necesitamos. Cuántas veces no has tenido un resfriado y has usado medicamentos o te has sentido mal del estomago y decides tomar medicamentos o ves a tu niño enfermo y en vez de esperar le das medicamentos, la realidad es que las personas ya no confían en sus sitema inmune o no están dispuestas a tolerar un poco de malestar y deciden tomar antibióticos. Sin duda los antibióticos tienen su lugar, no vas a esperar a estar a un paso de la muerte por una infección pero tomar medicamentos sin indicación médica y sobre usarlos al final termina siendo todo un problema ya que creamos microbios resistentes. Por ejemplo tal vez conoces la amantadina que se encuentra en muchos medicamentos para el resfriado la realidad es que en un tiempo se usaba para los virus de influenza pero hoy casi ninguno es sensible a la amantadina por lo que ya ni siquiera se usa para tratar esas infecciones pero la gente lo sigue tomando.

Otro problema relacionado es que usamos los medicamentos incorrectos, no es lo mismo un virus que una bacteria que un hongo que un parásito cada uno tiene sus antibióticos pero si tomas antibióticos sin saber bien qué causa la enfermedad puede que ni siquiera hayas elegido el medicamento correcto y ayudes a crear microbios resistentes. Esto no solo es un problema de automedicarse, los médicos muchas veces recetan antibióticos incorrectamente. Se calcula que el 30% de los antibióticos recetados no son necesarios por lo que se recetan incorrectamente. Esto sobre todo es un problema para las infecciones respiratorias ya que el 50% de los antibióticos recetados para una infección respiratoria no son correctos. La mayoría de las infecciones respiratorias las causan los virus sobre todo el Rhinovirus y aunque no lo creas no existe ningún medicamento para el rhinovirus en realidad solo existe un medicamento para la influenza todos los demás virus respiratorios no tienen un antibiótico específico. Así que las automedicaciones y el incorrecto uso de antibióticos nos han traído el problema de los microorganismos resistentes. Finalmente existe un último problema que es no cumplir con los días necesarios de medicamento. ¿Cuántas veces no has dejado un medicamento porque ya te sientes mejor? Esto es un problema porque las bacterias que sobreviven tal vez no te causan ya un malestar pero ahora conocen el antibiótico así que evolucionan para volverse bacterias resistentes.

Sin embargo, aún hay más, no toda la culpa recae solo en doctores y pacientes. La agricultura también usa una cantidad extrema de antibióticos para proteger a las plantas. Tal vez una bacteria de tomate a nosotros no nos haga nada pero al tomate lo destruye, pues se encontró que puedes usar medicamentos para proteger a las plantas de infecciones. El problema es que al comer el tomate también te estás tomando el antibiótico. No solo eso, todos los medicamentos que se usan en la agricultura terminan en la biosfera, contaminan los ríos, la tierra y al final crean bacterias superresistentes. De igual manera la ganadería y los animales de consumo humano tienen antibióticos.Se calcula que 90% de los antibióticos que se usan en los animales de granja terminan en la orina y heces de estos contaminando así el agua y la tierra con antibióticos. La acuicultura no fue diferente, también se utilizan antibióticos en ese sector para proteger a los peces pero terminamos llenando el agua de medicamentos. Ahora toda nuestra biosfera está llena de antibióticos desde nuestros ríos y lagos de donde proviene nuestra agua potable hasta la tierra donde crecen nuestras frutas y verduras y todo esto ha permitido que las bacterias se adelanten, muten y se vuelvan resistentes a los antibióticos.
¿Qué puedes hacer para combatir la resistencia a antibióticos?

Vacúnate, no necesitas antibióticos para enfermedades que tu cuerpo puede destruir con ayuda de una vacuna.
Lava bien tus manos para evitar infecciones y por lo tanto evitar usar antibióticos.
Lava tus frutas y verduras no solo para evitar infecciones sino para quitar antibióticos que puedan estar sobre ellas.
No te automediques, no sabes a ciencia cierta si el medicamento que estás usando es el correcto.
No compartas medicamentos, cada enfermedad tiene su medicamento indicado y si no eres médico mejor no compartas medicamentos.
No pidas medicamentos para cualquier resfriado, muchas veces no son necesarios, confía en tu sistema inmune y en tu médico si este dijo que no necesitas antibióticos.
Siempre asegurate junto con tu médico que es el medicamento correcto, los días correctos y la dosis correcta.
No dejes incompletas las pautas de medicamento si el médico dice 7 días usalo los 7 días aunque te empieces a sentir mejor.
Hay cosas que se salen de nuestro control como los antibióticos en la agricultura, ganadería y acuicultura pero siempre sirve informarse y abogar por el desuso de medicamentos innecesarios en estos sectores.
Referencias
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