Una de las mayores maravillas médicas y de las ciencias de la salud del último siglo son los trasplantes. La capacidad de mover órganos y tejidos o crear amalgamaciones entre animales o seres humanos es algo que ha fascinado desde tiempos antiguos, y en la década de los 50 los trasplantes pasaron de ser un cuento de hadas a una realidad científica capaz de curar cientos de enfermedades antes incurables. Para conmemorar el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, descubramos 30 datos curiosos acerca de los trasplantes de órganos.
El primer trasplante (del que sabemos) fue de piel y está descrito en el papiro Ebers, escrito en 1550 a. C. por egipcios. Explica cómo curar quemaduras con trasplantes de piel.
El primer trasplante verificado en la ciencia moderna también fue de piel y se practicó en 1869.
Por mucho tiempo, los cirujanos no se acercaban al corazón, era un órgano intocable. No obstante, hoy es un órgano que sabemos trasplantar. El primer trasplante de corazón ocurrió en Sudáfrica en 1967 a manos del doctor Christiaan Barnard.
La era de los trasplantes comenzó en 1954, cuando se logró el primer trasplante de órgano, que fue un riñón entre gemelos idénticos por el doctor Joseph Murray.
El trasplante de piel fue el primero en practicarse. Los egipcios de hace siglos identificaron que se podía utilizar para tratar quemaduras.
Aunque Murray consiguió el primer trasplante de órgano exitoso, no solucionó el problema principal de los trasplantes: no podían ser solamente entre gemelos idénticos, todos debían beneficiarse. Fue hasta 1962 que se identificó al sistema inmune como culpable del rechazo y a las terapias inmunosupresoras como el tratamiento para alargar la vida del órgano trasplantado.
Se pueden trasplantar órganos o tejidos. Los órganos son varios tejidos trabajando juntos. Por ejemplo, el corazón, los pulmones y los riñones. Los tejidos son un grupo de células estructuralmente similares con funciones similares. Por ejemplo, sangre, hueso y tendones.
Aunque la piel es un órgano, entra en la categoría de trasplante de tejidos y no de órganos. Esto está en relación con las condiciones necesarias para que la piel sobreviva.
Existen diferentes tipos de trasplante. El autólogo es trasplantar tus mismos tejidos. El alógrafo es entre personas genéticamente diferentes. El trasplante isógrafo es entre personas genéticamente idénticas, en otras palabras, gemelos idénticos. El xenotrasplante es entre diferentes especies.
El mejor animal para realizar xenotrasplantes es el chimpancé, ya que somos 99% idénticos, genéticamente hablando. Sin embargo, la dificultad de crianza de primates los transforma en un animal poco apto para las necesidades de hoy.
El animal más utilizado para los xenotrasplantes es el cerdo. También es el más investigado por tener órganos de tamaño similar a los nuestros. Además, ayuda el hecho de que sea un animal fácil de criar.
Los cerditos son el animal más usado e investigado para los xenotrasplantes.
Una preocupación con los órganos del cerdo es la diferencia de esperanza de vida. Un cerdo vive 15 años, los humanos alrededor de 70 años y podemos llegar a mucho más. Nos cuestionamos, si órganos que viven 15 años, pueden aguantar más en humanos o van a fallar una vez transcurridos los 15 años.
El xenotrasplante más utilizado es el de válvulas cardíacas de cerdo. Existen dos tipos de válvulas para hacer cambios, metálicas o de cerdo. Las metálicas duran toda la vida, pero causan coágulos. Las de cerdo duran 15 años, pero no generan cambios en la sangre.
Al recibir un trasplante alógrafo, la persona se transforma en una quimera genética, ya que tiene dos ADNs diferentes, el propio y el de otra persona.
El doctor Jean Dausset descubrió el HLA y ganó el premio Nobel por ello. El HLA es la forma en la que el sistema inmune identifica lo propio de lo ajeno.
Cuanto más similar sea el HLA, el sistema inmune molesta menos al órgano trasplantado, ya que lo reconoce como propio. Es por ello, que el trasplante entre gemelos idénticos es más sencillo.
El HLA es la forma en la que el sistema inmune identifica a tus propias células. Si el HLA es similar, el sistema inmune no logra reconocer que está ante un órgano que no es propio.
El HLA lo heredamos de nuestros padres y todos somos una combinación del HLA de ambos. Por lo tanto, siempre compartimos un 50% del HLA con nuestro padre y madre.
Nuestros hermanos pueden compartir el 50% de su HLA con nosotros, el cero o el 100%. Por lo que al comenzar la búsqueda de un donador, se inicia con ellos.
Los gemelos no idénticos funcionan igual que un hermano, ya que vienen de células y cigotos distintos, por lo que pueden compartir el 50%, cero o 100% de su HLA entre ellos. Los gemelos idénticos siempre comparten el 100% porque salen de la misma célula y cigoto.
El HLA es de las proteínas más variables del humano. Está construida por 6 genes, HLA-A, HLA-B, HLA-C, HLA-DP, HLA-DQ y HLA-DR. Solamente para el gen HLA-A hay más de 4000 variantes. HLA-B tiene todavía más, cuenta con más de 5000 variantes. Si al final mezclas los 6 genes, tu HLA es casi único.
Muchas enfermedades genéticas son curables con trasplantes porque el nuevo órgano contiene un ADN diferente, el cual carece de la enfermedad genética.
Si algo es diverso y variable entre personas, es el HLA, gracias a sus miles de variantes probables.
Cada persona es un mundo, tanto que cada ser tiene sus propias bacterias y es un microecosistema. Se pueden realizar trasplantes de bacterias entre personas, en lo que se conoce como trasplante fecal, donde bacterias de un intestino sano se introducen en uno que carece de ellas.
Las bacterias del intestino son tan importantes y mantienen una simbiosis tan estrecha con nosotros, que se ha investigado en trasplante fecal con bacterias sanas en muchas enfermedades que poco tienen que ver con el intestino, como Parkinson, obesidad, asma, autismo, cálculos renales, eczema e incluso depresión.
Se puede donar o trasplantar material que carece de células. El plasma sanguíneo carece de células, pero está repleto de material útil. El plasma de la sangre es agua con proteínas.
Los trasplantes de órganos han abierto diferentes dilemas bioéticos. Uno de ellos es utilizar fertilización in vitro y análisis genético preimplantacional para seleccionar un embrión cuyos órganos o tejidos puedan ser “donados” a un hermano o hermana por compartir el mismo HLA.
Otro dilema bioético es la compraventa de órganos. En países con bajo índice de desarrollo, un negocio es comprar órganos y revenderlos a mayor precio. Personas debajo de la línea de pobreza venden sus órganos para pagar deudas o adquirir un poco de estabilidad financiera. El más común de vender es el riñón, ya que solamente necesitamos uno para sobrevivir, el otro es “vendible”. Por supuesto, esto es ilegal en casi todo el mundo.
La compraventa de órganos es un dilema ético. En casi todo el mundo, menos en Irán, es ilegal.
El único país donde es legal vender y comprar órganos es Irán y se ha convertido en todo un mercado mundial.
El trasplante de órganos es parte del tratamiento para diferentes tipos de cáncer. Por ejemplo, para ciertos cánceres de la médula ósea y sangre, se realizan trasplantes de células madre sanguíneas. Primero, se eliminan las células sanguíneas del cuerpo y después se introducen las nuevas células. En estos casos se puede optar por un trasplante autólogo.
Recibir un trasplante aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer entre dos y cuatro veces. Esto sucede porque los pacientes con trasplantes reciben medicamentos inmunosupresores para “apagar” al sistema inmune. El problema es que este sistema se encarga de eliminar a las células que se salen de control.
El único órgano que por el momento creemos que no se puede trasplantar es el cerebro. Los nervios sí son trasplantables, pero el cerebro nos es un misterio.
Para conseguir un trasplante exitoso es necesario realizar una prueba genética conocida como tipificación del antígeno HLA, donde un laboratorio, como Affinity por Nanolab, revisa los genes de tu HLA y el de tu donador para asegurar que sean compatibles.
La tipificación del antígeno HLA es una prueba genética necesaria para asegurar y conocer el HLA de los involucrados y así asegurar un trasplante más exitoso.
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