Seguimos con nuestra conversación acerca de enfermedades ocasionadas por fumar como parte de nuestra campaña contra el tabaquismo en conmemoración del Día Contra el Cáncer de Pulmón. Ya vimos sobre el EPOC, que puedes leer aquí y también sobre el cáncer de pulmón, puedes ver esa historia en este link. Esta vez, la enfermedad que descubriremos está lejos del pulmón, pero que eso no te engañe, está altamente asociada a fumar. Se trata de una extraña patología denominada enfermedad de Buerger o con su nombre moderno tromboangitis obliterante (TAO). Esta particular enfermedad ocurre en los vasos sanguíneos del cuerpo y aunque rara vez es mortal, llega a ser muy molesta y capaz de destruir las extremidades. Sin más preámbulos, descubre la enfermedad de Buerger, una enfermedad de los vasos sanguíneos ocasionada por fumar.
Antes de adentrarnos directamente a la enfermedad de Buerger, hay que aprender del sistema circulatorio. Este sistema es posiblemente del que más conoces, aunque sin duda guarda sus secretos y datos curiosos. Este sistema está conformado por el corazón, las arterias, los capilares y las venas, y funciona como un circuito de tuberías y bombas. El corazón es una bomba o mejor dicho un par de bombas, aunque se le considera como un órgano solamente, se estudia como dos; el corazón derecho y el izquierdo. Se estudia así porque maneja diferentes presiones y fuerzas. El corazón derecho es más débil y “flaquito” porque tiene que luchar contra la presión pulmonar al enviar sangre a los pulmones para oxigenarla. La presión pulmonar es baja con sólo 12 mm/Hg. Por el contrario, el corazón izquierdo es una máquina potente y gruesa, que debe pelear contra la presión sistémica, que es de 120 mm/mg, al menos cuando es normal. El corazón izquierdo envía sangre al cuerpo y para direccionar esta sangre usa arterias. Las arterias no las puedes ver, pero las puedes sentir pulsar. Las arterias terminan en un vaso sanguíneo llamado capilar, el cual es microscópico y hay billones en tu cuerpo. Este vaso permite que las células tomen el oxígeno y le pasen a la sangre dióxido de carbono para su desecho. A continuación de los capilares, están las venas, que puedes ver por tu cuerpo y tienen un color verdoso o azulado. Éstas llevan sangre sin oxígeno al corazón derecho, que posteriormente es transferida al pulmón, donde la sangre avienta el dióxido de carbono y recupera el oxígeno, y la historia se repite.
Aquí puedes revisar el circuito que sigue la sangre. Observa que el corazón derecho (de azul) manda sangre a los pulmones y el corazón izquierdo (de rojo) manda sangre con oxígeno a las arterias para distribuirla por el cuerpo.
La enfermedad de Buerger es una patología de las arterias y hasta el día de hoy sigue siendo un gran misterio. Es una enfermedad donde las arterias se tapan con trombos y se inflaman. Un trombo ocurre cuando la sangre se coagula dentro del vaso aun sin una herida. Dentro de la arteria se hace una “pelota” dolorosa que termina tapando el flujo de la sangre. Es bastante extraño este tipo de trombos porque suelen ocurrir ya sea en las venas o por la aterosclerosis, la principal causa de hipertensión, pero, de la nada, no acostumbra pasar. Si tomamos un microscopio y nos adentramos en la arteria, descubrimos que el vaso sanguíneo deja de ser liso y se llena de células inmunes, que son la policía del cuerpo, pero, ¿qué hacen ahí paradas? Por lo general, andan patrullando por la sangre, pero no se detienen a menos que haya un problema, algo que atacar.
Lo que se descubrió es que en la enfermedad de Buerger, las células inmunes se confunden y comienzan a atacar a las arterias. Las células del cuerpo tienen un pasaporte celular que avisa a los glóbulos blancos que son parte del club y que habitan en ti. Este pasaporte se llama MHC y es utilizado por las células del cuerpo para identificarse. En la enfermedad de Buerger, aun con su pasaporte, las células de la arteria son atacadas y en el proceso de ataque se forman los malditos trombos. Este es un extraño caso donde la persona se vuelve alérgica a sí misma. Los glóbulos blancos se confunden y deciden que las arterias son un peligro y las atacan. No es un simple ataque, no, minan las arterias. Los anticuerpos, que nos protegen contra microbios, son un marcador de ataque. Cosa a la que se le pegue un anticuerpo, cosa que es atacada. En la enfermedad de Buerger, las arterias se llenan de anticuerpos y son marcadas para su destrucción. No obstante, qué causa que haya una alergia y aún peor, una alergia contra uno mismo.
Los glóbulos blancos circulan patrullando por la sangre, pero no se quedan quietos en el vaso a menos que haya un problema. En la enfermedad de Buerger identifican, erróneamente, a las arterias como enemigos.
En el caso de la enfermedad de Buerger no se sabe muy bien qué ocurre. Lo que se sabe es que inicia con fumar. Algo en los cigarros causa que el sistema inmune se descontrole, equivoque y ataque a las arterias. Podría deberse a lo que se conoce como una reacción cruzada. Estas reacciones suceden cuando el sistema inmune pelea contra algo que molecularmente es similar a algo del cuerpo. Por ejemplo, en niños puede ocurrir que tras enfermarse de la garganta, tengan problemas renales y esto ocurre porque la bacteria que causa el dolor de garganta tiene un pedacito que se parece a una proteína de nuestro riñón. Tras pelear contra la bacteria, el sistema inmune reconoce ese pedacito de bacteria como peligroso. El problema es que en el riñón hay una proteína muy similar y el sistema inmune puede errar y atacar al riñón pensando que está peleando contra bacterias. Es posible que algo en los cigarros pueda parecerse a una proteína en las arterias y el sistema inmune lo identifica como peligroso.
Otra teoría tiene que ver con la boca. La periodontitis, la inflamación de las encías, es más común en fumadores porque, los cigarrillos al tener más de 7000 sustancias, varias de ellas causan inflamación y las células de la boca son las primeras en llevarse los humos tóxicos. Se cree que la inflamación causa sangrados y que es más fácil que las bacterias de la boca ingresen por las microheridas a la sangre. Estas bacterias sí son un peligro y correctamente se identifican como tal, pero la pelea dentro de los vasos termina cargándose a las arterias.
La periodontitis se ha postulado como un adyuvante en la formación de la enfermedad de Buerger. Fumar causa periodontitis y juntos promueven la aparición de esta patología.
Qué síntomas tiene esta enfermedad
Bueno, ya sabes que el problema está en una arteria y, ¿eso qué?, ¿cuál es el problema? Veamos los síntomas y complicaciones que nos puede causar la enfermedad de Buerger.
Trombos. Esto ya te lo había dicho. Son “pelotas” de sangre coagulada y pueden doler bastante. Los trombos de la enfermedad de Buerger suelen presentarse en las extremidades, por lo que duelen los brazos, manos, piernas y pies.
Embolia. La embolia es cuando un trombo se desprende y se va a pasear por la sangre. Su peligro es que puede atorarse en el pulmón y causar embolia pulmonar. Esto es mortal, de las razones de muerte súbita, porque la sangre deja de pasar al pulmón y tampoco puede regresar al corazón.
Claudicación. Este término se refiere a un dolor muscular, que ocurre en la pierna. Es similar a un calambre y sucede porque el trombo no permite que pase oxígeno a las células musculares y éstas se quejan ampliamente causando dolor.
Cianosis. La cianosis es la coloración azul a causa de la falta de oxígeno. Los trombos, al tapar la arteria, no permiten el paso de sangre oxigenada, por lo que la piel posterior al trombo se pone azul.
Gangrena. Esto es lo más peligroso y puede terminar con la pérdida de una extremidad. Las células necesitan oxígeno para respirar. Si no lo tienen, mueren. Cuando las células mueren ocurre necrosis y si se infecta se gangrena. Las partes gangrenadas del cuerpo no son recuperables ni tratables, se tienen que quitar porque pueden contaminar más partes del cuerpo.
El tratamiento de esta enfermedad se hace con varios medicamentos que bajan la presión sanguínea, mejoran el flujo sanguíneo e inhiben la coagulación. También se administran medicamentos para el dolor porque vivir con calambres permanentes no es divertido. Sin embargo, el mejor tratamiento es dejar de fumar. Se ha observado que abandonar el cigarro mejora todos los síntomas de la enfermedad. Y claro, nunca fumar, te aleja de esta enfermedad.
Fumar no solamente daña a los pulmones, daña también a las arterias. La enfermedad de Buerger, con sus trombos, causa dolor constante en las extremidades.
En agosto, Mes Contra el Cáncer de Pulmón, Nanolab y TrueOnco te recuerdan que fumar es terrible para la salud. Sin duda, el cáncer de pulmón es de los peores males ocasionados por el tabaco y fumar, pero es importante saber que existen otras enfermedades, que si bien no tienen la mortalidad del cáncer de pulmón, pueden volver la vida en un calvario. En el caso de la enfermedad de Buerger, puede poner en peligro la vida, causar la pérdida de partes del cuerpo y calambres constantes. Si no fumas, nunca lo pruebes, no lo vale. Si fumas, intenta buscar ayuda, hoy existen tratamientos para apoyarte en el cese del tabaquismo.
Referencias
Arkkila P. E. (2006). Thromboangiitis obliterans (Buerger's disease). Orphanet journal of rare diseases, 1, 14. https://doi.org/10.1186/1750-1172-1-14
Rivera-Chavarría, I. J., & Brenes-Gutiérrez, J. D. (2016). Thromboangiitis obliterans (Buerger's disease). Annals of medicine and surgery (2012), 7, 79–82. https://doi.org/10.1016/j.amsu.2016.03.028
Vijayakumar, A., Tiwari, R., & Kumar Prabhuswamy, V. (2013). Thromboangiitis Obliterans (Buerger's Disease)-Current Practices. International journal of inflammation, 2013, 156905. https://doi.org/10.1155/2013/156905
Qaja E, Muco E, Hashmi MF. Buerger Disease. [Updated 2023 Feb 19]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK430858/
Trimble G. X. (1982). Pulmonary embolism in Buerger's disease. The Western journal of medicine, 137(1), 78–79.
Frank SA. Immunology and Evolution of Infectious Disease. Princeton (NJ): Princeton University Press; 2002. Chapter 4, Specificity and Cross-Reactivity. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK2396/#