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Qué es la hepatitis y por qué es un problema mundial



El 28 de julio, ocurre, en el mundo, una de las 11 campañas de salud pública GLOBAL. La OMS (Organización Mundial de la Salud) tiene designadas 11 campañas de este tipo, la del 28 de julio es sobre la hepatitis. La hepatitis, en términos médicos y generales, es la inflamación del hígado. El sufijo -itis viene del griego antiguo y significa inflamación; así que cuando escuches -itis más la palabra raíz significa inflamación de esa parte del cuerpo, por ejemplo, sinusitis es la inflamación de los senos nasales o dermatitis es la inflamación de la piel. Volviendo a nuestro tema central, existen diferentes tipos de hepatitis; un golpe, algunos síndromes e infecciones, pueden ser algunos culpables de la inflamación del hígado. Sin embargo, cuando se habla de hepatitis, la mayoría de los médicos y personal de la salud, se refieren a las 3 principales causas de hepatitis, la autoinmune, la alcohólica y la viral. El Día Mundial de la Hepatitis, en realidad, está dedicado sólo a las hepatitis virales, no a las demás. Así que puedes ver que las hepatitis virales no son un juego, son un verdadero problema de salud global. Para aumentar la difusión e información sobre la hepatitis, veamos estos molestos, y en algunos casos peligrosos, microorganismos.


Muchas familias de virus pueden causar hepatitis, algunos que tal vez conozcas son el ébola, la influenza y la varicela. Sin embargo, los virus que se tratan en el Día Mundial de la Hepatitis son los virus llamados virus de la hepatitis. Son 6, aunque por lo general se habla sólo de 5, y cada uno es representado por una letra. Estos son los virus de la hepatitis A, B, C, D, E, y G. Aunque uno podría pensar que todos son de la misma familia y, por lo tanto, similares, en realidad no lo son. Lo que comparten estos virus es causar hepatitis, y aunque varios comparten la sintomatología y algunos peligros, son en realidad diferentes. Veamos un poco de cada uno de estos virus.


Hepatitis A


La hepatitis A pertenece a la familia de los Picornaviridae o picornavirus. Esta familia está lejos de incluir a todos los virus de la hepatitis, en realidad, sólo incluye a la hepatitis A. Un picornavirus famoso que tal vez conozcas, es el polio. Infectando a un millón y medio de personas en el mundo, el virus de la hepatitis A es un microorganismo bastante molesto que puede estar más cerca de lo que crees.


El virus de la hepatitis A se transmite por vía fecal-oral. Cuando partículas de heces con el virus se degluten, el virus de la hepatitis A llega para causar problemas. Al ser un virus de vía fecal-oral, se dice que es un virus de países en vías de desarrollo (un poco racista), esto por mala sanitización, menor limpieza, problemas con los desagües y desinfección del agua, y mayor probabilidad de hacinamiento. Otras formas de contagio es compartir agujas y el sexo sin protección, pero no son las principales. Este virus suele afectar a niños y les hace pasar un muy mal rato. Al tragar el virus, éste pasa del intestino a la sangre. La sangre del intestino hace su primera parada en el hígado, porque el hígado es un órgano que necesita mucha energía y que distribuye nutrientes. Aquí el virus de la hepatitis A se mete en las células hepáticas llamadas hepatocitos y empieza a replicarse.


La hepatitis A causa una gran gama de síntomas. La mayoría en el sistema digestivo, pero puede afectar otros órganos.


El sistema inmune quiere eliminar al virus de la hepatitis porque ese es su trabajo. En su pelea, el sistema inmune libera una molécula llamada interferón gamma, esta molécula es toda una bomba inmunológica. El sistema inmune en esta batalla decide matar a las células infectadas para eliminar al virus. Unido al sistema inmune golpeando al hígado, el virus de la hepatitis A daña a los hepatocitos y los mata. El daño al hígado y la inflamación causan que la persona se sienta fatal. La persona infectada tendrá dolor abdominal, fiebre, mialgia (dolor muscular), náusea, vómito, anorexia, fiebre y orina negra con heces blancas. Los cambios de color en orina y heces son por la bilirrubina. El hígado hace y cuida a la bilirrubina, ya que es importante para la digestión. La bilirrubina es lo que nos permite digerir grasa y le da color a las heces. En la hepatitis la bilirrubina se sale del hígado y provoca una coloración amarilla en la persona, le causa orina negra y heces blancas. La bilirrubina alta fuera del hígado puede ser peligrosa para el cerebro por causar algo que se llama kernicterus. Toda una emergencia. La hepatitis A no es un dolor de panza cualquiera, varias personas dicen que se siente como la muerte. La realidad es que este virus bien puede matar. La hepatitis fulminante es cuando el virus y la inflamación son tales, que el hígado muere y con él pronto todos los órganos del cuerpo entran en falla, por lo que esta hepatitis puede ser peligrosa.


La mayoría no muere, pero sin duda siente que sí; es una enfermedad terrible. La hepatitis A no tiene medicamento, así que la persona sólo recibe tratamiento de soporte. La buena noticia es que se trata de una enfermedad prevenible hoy en día, no sólo con buen lavado de manos y alimentos, sino que tiene una vacuna que todo niño debe recibir para ahorrarse esta enfermedad. Esta vacuna es una de nuestras maravillas modernas, ya que es bastante novedosa, salió en 1991 y fue una salvación contra este horrible virus.


Hepatitis B


La hepatitis B es de la familia de los hepadnaviridae o hepadnavirus. En esta familia no hay otro virus famoso que te pueda mencionar. La hepatitis B es un verdadero problema mundial. Cada año 60 mil personas se infectan y podrías pensar que no hay problema, que es menos que la hepatitis A, pero la hepatitis B no se va como la hepatitis A en muchos casos. La hepatitis B llega para quedarse y hace lo que se conoce como una infección crónica; 400 millones de personas están infectadas con este terrible virus.


La hepatitis B es muy contagiosa. La buena noticia es que existe una vacuna.


La hepatitis B es un virus súper contagioso, las personas infectadas sacan el virus por todos los fluidos corporales, vamos, que hasta en el sudor y lágrimas se puede encontrar. Este virus se contagia por vía de transmisión sexual y de toda acción sexual, ya sea oral, anal o vaginal, ya que el semen, el moco vaginal e incluso la saliva, liberan el virus. Compartir agujas es otro modo de transmisión. Personal médico o personas en contacto estrecho con alguien infectado también pueden contagiarse. En muy pocos casos ocurre una infección fecal-oral, por lo que no es lo más común. Finalmente, los recién nacidos corren peligro, ya que al pasar por el canal vaginal se infectan.


La hepatitis B no es como la A que causa que las células del hígado mueran, al menos no directamente. Casi todas las células del organismo tienen cierta capacidad de autodefensa a través de la inmunidad innata, que es con la que se nace. Por ejemplo, la fiebre no se aprende, naces pudiendo hacer fiebre. El virus de la hepatitis B por alguna razón no parece iniciar respuestas innatas en las células del hígado y no parece ser citotóxico (matar células). Es más, unos investigadores (Chisari y equipo) encontraron que si se les quita la habilidad de autodefensa a los hepatocitos, éstos no mueren por el virus de hepatitis B. En su lugar almacenan grandes cantidades de hepatitis B.


El virus en su viaje por el cuerpo, seguramente, se encontrará con una célula dendrítica que lo detendrá y se lo comerá. Estas células coleccionan microorganismos que después son mostrados a unas células llamadas linfocitos T CD4. Estos linfocitos al enfrentarse a algo extraño, que no debería existir en el cuerpo, como el virus de la hepatitis B, inician una respuesta inmune. Le dicen a los linfocitos B que hagan anticuerpos contra el virus para empezar un combate. Sin embargo, muchos virus se esconden dentro de las células del hígado. Para sacarlos, llegan linfocitos T CD8. Los linfocitos T CD8 son células que “revisan pasaportes”. Casi todas las células de nuestro cuerpo tienen una molécula llamada MHC1 que las señala como propias, por lo que tendrían su pasaporte. Las células infectadas muestran un MHC 1 incorrecto o infectado y es como las células T CD8 descubren qué células están infectadas. Las células infectadas son asesinadas por los linfocitos T CD8. Dado que la pelea contra el virus de la hepatitis B es similar al virus de la hepatitis A, los síntomas son similares. Sin embargo, el virus de la hepatitis B no se siente tan mortal. Es más, muchos ni se enteran de su infección.



Las células infectadas muestran en su MHC1 o su "pasaporte" partes del virus. Esto las señala como infectadas y peligrosas por lo que son asesinadas por linfocitos T CD8.


Las personas inmunocompetentes suelen curarse por su capacidad de hacer anticuerpos. No obstante, las personas inmunodeprimidas no logran hacer los anticuerpos y pasan a algo llamado infección crónica. En este caso, el sistema inmune no logra deshacerse del virus, por ello el virus se la pasa sin problemas en el hígado hasta dañarlo. El daño se llama cirrosis y es cuando se fibrosa el hígado. Si has visto y sentido una cicatriz puedes imaginar como es la cirrosis. En la cirrosis, las células del hígado mueren y son reemplazadas por tejido cicatrizal, lo que causa varios problemas. En primera instancia, nutricionales, porque el hígado es el encargado de repartir energía. En segundo lugar, causa toxicidad, porque el hígado se encarga de limpiar todo y si no puede, te empiezas a intoxicar. Finalmente, causa problemas vasculares; los vasos del hígado se pueden comprimir por tejido cicatrizal. Al aumentar la presión del vaso se sale el agua que llevan los vasos sanguíneos, no la sangre que incluye células, sólo el agua. El agua salida causa ascitis (acumulación de una cantidad anormal de líquido dentro del abdomen). Al mismo tiempo, dado que la sangre no puede pasar por los vasos hepáticos, ésta se va a otros vasos que no estén comprimidos. Sin embargo, otros vasos no estarán acostumbrados a manejar altas presiones ni altas cantidades de sangre y se “encharcan”. Por ejemplo, el bazo se puede inundar y causar esplenomegalia, que es cuando el bazo crece. En el corazón el hecho de que llegue tanta sangre y alta presión daña al corazón causando daño cardíaco. El daño crónico también es causa de cáncer. Sea cual sea la ruta, la hepatitis B crónica, con el tiempo, causa tanto daño que lleva a la muerte. La buena noticia es que nadie tendría que sufrir hepatitis B porque existe una vacuna. Así que vacúnate. La vacuna se la ponen a los niños, pero a los 10 años se debería volver a poner. Así que si eres un adulto ve y vacúnate de hepatitis B.


La hepatitis B es crónica, se queda por mucho tiempo en el cuerpo. Durante su estancia causa que las células del hígado mueran y sean reemplazadas por tejido fibroso; similar a una cicatriz. Esto causa muchos problemas en el cuerpo.


Sólo hemos visto dos virus de los 6, y esto ya es muy largo. Como podrás ver, los virus de la hepatitis son de diferentes familias y causan diferentes formas de enfermedad en el hígado. Por el momento hemos visto dos virus diferentes y de transmisión diferente. Para protegerte del virus de hepatitis A, vacúnate a ti y a tus hijos. Además, práctica buenas medidas de higiene. Este virus es de lo más prevenible. El virus de la hepatitis B es el más contagioso porque sale por todos lados. Es un virus, que aunque curable en personas sanas, en personas con inmunidad baja es un grave problema. La mejor medida que tienes es vacunarte, así que acércate a un centro de salud o a tu médico. Fuera de la vacuna, usar protección en las relaciones sexuales es importante, más si no conoces aún bien a tu pareja o tienes dudas. Nunca compartas agujas, siempre usa agujas nuevas, en el siguiente blog verás que compartir agujas es la puerta a muchos virus de hepatitis. La próxima vez veremos a los otros virus de la hepatitis.


Referencias


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