Saca tu cepillo de dientes y prepárate para celebrar el Día Mundial de la Salud Bucodental. La boca es una parte extraña del cuerpo, es la única que no está incorporada a la medicina. Lo más seguro es que tu médico sepa casi tan poco como tú acerca de la boca. La odontología es la ciencia que estudia a la cavidad oral, no solamente a los dientes, y es su propia profesión. Aunque la boca sea algo de dentistas, sigue siendo vital para las ciencias de la salud y su cuidado puede impactar en todo el cuerpo. Así que para este 20 de marzo, Día Mundial de la Salud Bucodental, descubramos 30 datos curiosos acerca de la boca y los dientes, desde lo asqueroso hasta lo sorprendente.
Los dientes no son huesos, aunque muchos piensen que son. El cuerpo humano cuenta con 206 huesos y los 32 dientes no forman parte de ese número. Aunque pueden verse similares y compartir ciertos materiales, los dientes tienen sus propias células especializadas y contienen estructuras diferentes a los huesos.
Las células que forman tus dientes son: los ameloblastos, que producen el esmalte, lo que nosotros vemos como blanco, y los odontoblastos, que forman una capa más interior llena de dentina, que se puede distinguir de color amarillento/café, si se pierde el esmalte. Al contrario, los huesos están formados por osteoblastos, que depositan hueso, y osteoclastos, que lo destruyen.
El cementoblasto es otra célula especial de la boca. Forma la unión entre el diente y el hueso y es un tipo de ligamento único, ya que no une hueso con hueso, sino que ancla hueso con diente.
El hueso y los dientes son sólidos y muy resistentes. No obstante, tu diente es lo más resistente y duro de tu cuerpo. El esmalte es 96% mineral, mientras que el hueso es solamente 65% mineral. Por lo que, el esmalte es lo más férreo de tu cuerpo.
La escala de Mohs permite saber la resistencia de un mineral a rayarse y se emplea en geología y gemología. Tus dientes tienen un 5 en la escala de Mohs y, aunque, sin duda, no rayarían un diamante con dureza de 10 (el máximo), pueden rayar varias gemas, como las apatitas, fluoritas, lapislázuli, perlas, malaquita, ámbar y turquesas, ya que son más duros.
La apatita es una gema azulada que tus dientes pueden rayar porque su esmalte es bastante duro.
Los dientes de leche, aquellos de los niños, tienen menos esmalte, por lo que son más frágiles y más propensos a las caries.
La función de los dientes de leche es la de guardar el espacio para los dientes adultos y permanentes. Podrías pensarlo como una guía. Tirar un diente de leche antes de tiempo, causa que el espacio se pierda y, por lo tanto, que los dientes se enchuequen o tuerzan.
Los adultos cuentan con 32 dientes, pero los dientes de leche son menos, solamente 20. Si te fijas, también notarás que los niños carecen de premolares, que es un tipo de diente exclusivo de adultos.
La dentición (cuando surgen los dientes) lleva un orden. Usualmente, el primer diente en brotar es el incisivo central inferior y el último en aparecer en la sonrisa de un bebé es el segundo molar inferior.
Del mismo modo que llevan un orden de aparición, los dientes tienen un orden de caída. Lo más habitual es que el primer diente en caerse sea el incisivo central inferior entre los 6 y 7 años.
La dentición suele llevar un orden. El primer diente que seguramente verás en la sonrisa de tu bebé son los incisivos inferiores.
Las caries son una de las patologías crónicas más comunes en el humano. La OMS (Organización Mundial de la Salud) calcula que 2500 millones de personas están afectadas. Mientras que otros, como la CDC (Centers for Disease Control and Prevention), calculan que el 90% de los adultos tiene al menos una carie.
Las caries son principalmente causadas por tres bacterias que habitan en la boca. Estreptococo mutans es la bacteria que más caries causa. Las otras dos se llaman Estreptococo sobrinus y Lactobacilo spp.
Estas tres últimas bacterias no causan por sí solas caries. Para desmineralizar los dientes requieren de azúcares. Estas bacterias, al metabolizar el azúcar, producen ácido láctico, que es la sustancia que crea las caries.
No siempre supimos que el azúcar causa caries, en realidad, es un descubrimiento relativamente reciente, publicado en 1953. Tardó en publicarse porque las personas que lo financiaron no estaban contentas con los resultados. La industria del azúcar había financiado el estudio con la esperanza de demostrar que su producto era sano.
Lo peor del descubrimiento del azúcar y las caries no fue que tardó en salir a la luz, sino que fue un experimento con cero bioética. El experimento de Vipeholm utilizó a niños con discapacidad mental para experimentar sin recibir consentimiento. Alimentaron a niños con caramelos para ver qué pasaba. Dado que en los años 40, las personas con problemas de salud mental no se consideraban humanos, los científicos no vieron un problema con el experimento. Si quieres conocer más de bioética, lee este blog.
Los dulces y golosinas son potenciadores de caries porque las bacterias de la boca forman ácido láctico que corroe el esmalte.
¿Por qué la odontología no es una especialidad médica? Es complejo, pero está relacionado con el Medievo, donde la medicina, cirugía y barberos se separaron. Los médicos veían como menos a los cirujanos y los cirujanos a los barberos. Estos últimos eran los especialistas en salud para sacar dientes y se les consideraba cirujanos.
La diferencia entre un cirujano y un barbero radica en su grado de estudios. Los cirujanos estaban regulados y tenían que aprobar un examen. Los barberos no tenían que acreditar nada, por lo que cualquiera podía ser un barbero.
Para el siglo XVIII se prohibieron los barberos y la cirugía dental pasó a ser parte de la escuela de cirugía. No obstante, un hombre llamado Pierre Fauchard no consideró que la odontología debiese ir con la cirugía y formó una escuela de dentistas. Finalmente, en el siglo XIX Europa unificó las escuelas de cirugía y medicina, pero, dado que los dentistas se deslindaron de la cirugía, quedaron fuera y sin licencia, por lo que se creó la escuela de odontología.
El hada de los dientes tiene su origen en las culturas nórdicas de Europa, en el año 1200. El hada de los dientes dejaba un pequeño impuesto por llevarse el diente de leche. Esta hada es toda una empresaria, ya que los dientes de leche valían mucho por ser considerados amuletos de buena fortuna.
En las culturas hispanohablantes, en lugar de hada de los dientes, existe el ratón de los dientes, que se originó en España en 1894 con el libro Ratón Pérez, escrito para el niño rey Alfonso XIII, quien acababa de perder un diente.
El hada de los dientes deja regalos a los niños a cambio de sus dientes de leche y se originó en el año 1200.
Francia une las dos ideas mitológicas con un hada capaz de transformarse en un ratón. La historia tiene su origen en un libro escrito en 1697 por la condesa D'Aulnoy. Aunque en Francia se sigue usando esta figura, el cuento poco tiene que ver con dientes de leche.
Aunque solemos pensar que una mordida de perro es la peor en “suciedad”, en cuestión de infección no es la que más causa. Las mordidas de gatos y humanos causan más infecciones que las de perros, siendo las mordeduras de gato las más propensas a infectarse.
La mordedura de humanos es peligrosa, pues podría contener hepatitis, herpes y virus del VIH. Algo que toda boca humana contiene es Eikenella corrodens, que si entra a la sangre, tiene el potencial de causar endocarditis o inflamación dentro del corazón.
En zonas urbanas, el 20% de todas las mordeduras que llegan a emergencias son generadas por humanos y, en términos generales, el 3% de todas las mordeduras son causadas por otra persona.
Las mordeduras de humanos se utilizan ampliamente en la medicina forense en las áreas de abuso a menores, abuso sexual y peleas. Los sitios donde se encuentran las mordeduras suelen indicar qué tipo de abuso se cometió. Por ejemplo, en los brazos y manos se consideran pelea, pero en las piernas y abdomen, son señales de abuso sexual.
Aunque a todos nos aterra la rabia, la mordedura de humanos puede ser más tóxica que la de un perro por las enfermedades que puede transmitir.
La marca dejada tras una mordedura se considera única para cada persona y de ahí nació la identificación de criminales con base en sus mordeduras. Sin embargo, la reconstrucción de mordeduras a través de heridas hoy no se considera una ciencia. No obstante, varias cortes aún las aceptan como evidencia férrea en sus casos.
Existen tres tipos de glándulas salivales, las parótidas, las submandibulares y las sublinguales y, juntas, por día, producen entre 0.5 y 1.5 litros de saliva. En el transcurso de una vida humana, estas glándulas producen entre 20 y 30 mil litros de baba.
Aunque la saliva es 99% agua, tiene muchas tareas. Tiene enzimas digestivas, con lo que comienza la digestión. Cuenta con enzimas de protección, que son antimicrobianas y destruyen bacterias. Es necesaria para remineralizar los dientes y para evitar que el ácido de las bacterias deteriore el esmalte. Finalmente, tiene factores de crecimiento. Muchos animales, incluidos nosotros, nos chupamos las heridas porque la baba mata bacterias y fomenta la reparación de tejidos con los factores de crecimiento.
El embarazo suele ser malo para la salud dental, ya que crea cambios en la boca y sistema inmune. El embarazo causa menor producción de saliva. También impulsa el antojo y se ha visto que lo que más suele antojarse es la comida azucarada y ácida. Finalmente, cambia al sistema inmune y permite que ciertas bacterias, que normalmente no causan problemas, los causen. Por lo que, las embarazadas están en riesgo de caries y gingivitis. Puedes leer más aquí.
El tercer molar lo conocemos como muelas del juicio y hoy son un problema. Nuestros ancestros llevaban otra dieta y estaban adaptados a ella con caras más grandes. Sin embargo, hoy nuestras caritas son más pequeñas y el tercer molar no cabe. Con el tiempo se cree que el humano lo irá perdiendo conforme evolucione. No obstante, hoy es una estructura bastante variable. Por ejemplo, las poblaciones que no suelen presentar muelas del juicio son la mexicana, donde el 32% no la tiene; y la coreana, donde el 40% carece de ellas. Mientras que los canadienses, estadounidenses y británicos habitualmente la tienen, ya que únicamente el 10% de su población nace sin ellas.
Aunque la saliva nos resulta bastante asquerosa, es una sustancia con muchas tareas importantes en el cuerpo, desde digestión hasta defensa.
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