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El Síndrome de Lynch: Genes de Reparación del ADN y Cáncer de Colon


síndrome de Lynch y cáncer de colon

El cáncer de colon es uno de los cánceres más frecuentes en el mundo, ubicándose entre el tercer y cuarto lugar por frecuencia. La mayoría de los casos de cáncer de colon son esporádicos, es decir, son eventos aleatorios y desafortunados. Sin embargo, entre el 5% y el 10% de los casos son de origen genético. Existen dos síndromes genéticos comunes causantes de cáncer de colon: el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar, siendo el primero el más común. En esta enfermedad, unos genes muy peculiares se encuentran mutados: los genes de reparación de aparejamiento del ADN. También puedes hallar que su nombre son genes de reparación de desajustes o genes de reparación de apareamiento incorrecto, aunque se suele emplear su nombre en inglés, que es mismatch repair gene. Con esos nombres, esta enfermedad suena increíblemente compleja, pero quédate. Te explicaré sobre el síndrome de Lynch y el cáncer de colon, además de cómo reparamos nuestro ADN. 


Mismatch Repair Gene o Genes de Reparación de Aparejamiento

Esos nombres pueden sonar demasiado complejos, pero te contaré su función y verás que no son tan difíciles de comprender. El ADN es una molécula bicatenaria, tiene dos cadenas o dos hélices. El ADN es una molécula enorme, que contiene una gran cantidad de instrucciones, a las que llamamos genes. Cada gen produce una proteína, y cada una tiene una función específica dentro del cuerpo. Por ejemplo, el colágeno hace que tu piel se vea joven, y los anticuerpos te defienden de infecciones. Entonces, puedes pensar al ADN como un recetario, a los genes como recetas y a las proteínas como platos resultantes. 


ADN multicolor

El ADN es bicatenario debido a que está formado por dos cadenas.


Todas nuestras células provienen de una célula madre, lo cual es una ley biológica. Cada célula requiere de ADN para funcionar, por lo que la célula madre le transfiere una copia de su ADN a su hija. Cuando una célula se divide, debe copiar todo el ADN, que consiste en millones de instrucciones, para que su hija tenga la misma información y pueda funcionar correctamente. Nadie es perfecto y las células no son la excepción, ¡cometen errores! Imagina tener que copiar millones de instrucciones, lo más seguro es que cometas algún error. Sin embargo, un error en el ADN puede tener consecuencias catastróficas. Por esta razón, las células tienen editores que revisan y arreglan sus errores. 


Nosotros nos comunicamos con nuestro abecedario, mientras que el ADN se comunica con el suyo. Nuestro abecedario tiene 24 letras, mientras que el ADN cuenta con cuatro “letras”, mejor conocidas como nucleótidos. Aunque existen 5 de estas moléculas, el ADN solamente emplea cuatro. Las letras del ADN son (A) de adenina, (T) de timina, (C) de citosina y (G) de guanina. La quinta letra, (U) de uracilo, es utilizada por el ARN, no por el ADN, pero esa es otra historia. Cada una de estas letras (moléculas) debe emparejarse. (A) siempre está junto a (T) y (G) siempre acompaña a (C). Esto se debe a cómo forman sus enlaces químicos y la forma de cada molécula. Lo importante es que siempre deben ir emparejadas A-T y C-G.


El ADN contiene más de 6 mil millones de pares de nucleótidos, y la célula debe copiar letra por letra. Por supuesto, pueden ocurrir errores, como una (A) terminando con una (C). Esto se denomina mutación, y las células procuran evitarla. Para corregir estos errores, cuentan con un grupo de proteínas especiales llamadas proteínas de reparación de aparejamiento. Recuerda, el gen es la instrucción y la proteína el resultado, por lo que el gen de reparación de aparejamiento produce una proteína de reparación de aparejamiento. Estas proteínas revisan el ADN y corrigen los errores de emparejamiento incorrecto entre las letras (moléculas). Si encuentran una (A) emparejada con una (C), simplemente cambian la letra (molécula) incorrecta por la correcta. Este es un tipo de reparación de ADN; existen otros, pero este es el afectado en el síndrome de Lynch


Error de emparejamiento en el ADN

El ADN debe copiarse sin errores. A (adenina) debe ir con la T (timina) y la C (citosina) con la G (guanina). Aquí puedes notar que casi todo está bien, pero hay un error: hay dos T juntas. Las proteínas de reparación de aparejamiento intervienen para corregir este error. Cambian la T adicional por una A, evitando así una mutación. Si fallan estas proteínas, el ADN muta.


Aspectos Genéticos del Síndrome de Lynch

Una vez que entiendes cómo se comunica el ADN y sus letras (moléculas), puedes comprender el síndrome de Lynch. Existen varios genes de reparación de aparejamiento, pero en este síndrome los genes relevantes se conocen como MLH1, MSH2, MSH6 y PMS2. Estos genes producen proteínas encargadas de corregir errores en el ADN cuando una letra (molécula) está emparejada incorrectamente. Las personas con síndrome de Lynch nacen con alguno de estos genes mutados, lo que causa que no funcionen correctamente. Aunque todavía quedan varias proteínas que revisan al ADN, la pérdida de una aumenta el potencial de error. Puedes imaginarlo como escribir algo y que lo revise una sola persona; puede que no haya errores o que los encuentre todos. Sin embargo, si pasa por más personas, es más probable hallar y corregir los errores.


Cada error no detectado en el ADN representa una mutación. No todas las mutaciones son malas; muchas son silenciosas y no causan daño, ni siquiera se notan. Otras pueden ocasionar cambios menores, por ejemplo, un lunar es un grupo de células mutadas que forman más color, pero no causan daños. Sin embargo, existen genes críticos que son necesarios para el correcto funcionamiento celular. En personas con síndrome de Lynch, las células van acumulando mutaciones con cada división, ya que pequeños errores pueden escapar del proceso de corrección. Eventualmente, un error puede afectar un gen vital y provocar que la célula se salga de control, convirtiéndola en una célula cancerígena. Estas células mutadas, a su vez, se dividen y transfieren los errores a sus hijas. Con el tiempo, forman un tumor


Heredabilidad en el síndrome de Lynch 

El síndrome de Lynch es una enfermedad genética de tipo autosómica dominante. Esto significa, que basta tener un gen mutado para desarrollar la enfermedad. Todos tenemos dos copias de cada gen, una heredada de nuestra madre y otra de nuestro padre. Mamá y papá, a su vez, cuentan con dos copias cada uno, lo que da lugar a cuatro combinaciones genéticas posibles de heredar. Si uno de los padres tiene el síndrome de Lynch, el 50% de sus hijos también podrán heredar la mutación, ya que podrían recibir una copia sana y una enferma del gen. Dado que se trata de una enfermedad autosómica dominante, basta tener un gen enfermo para padecer la enfermedad. 


A veces ocurre una mutación llamada de novo, que es una mutación nueva. En este caso, los padres tienen genes sanos, pero, durante la formación del bebé, se produce una mutación aleatoria y el bebé nace con el síndrome de Lynch. Esta situación causa que el bebé sea la primera persona de su línea familiar en tener la patología.



Mutación en el ADN

Las familias con síndrome de Lynch presentan cáncer de colon porque sus células no reparan bien el ADN y mutan hasta volverse cancerosas.


Diagnóstico para el síndrome de Lynch

Descubrir que uno tiene síndrome de Lynch puede ser desafiante, no porque el método diagnóstico sea complejo, sino porque los síntomas suelen manifestarse hasta la adultez. Usualmente, las personas con este síndrome descubren su condición cuando ya han desarrollado cáncer de colon y se les realiza una prueba diagnóstica. Para determinar si es necesario realizar una prueba para el síndrome de Lynch, se aplican criterios médicos como los criterios Amsterdam II y Bethesda. Por lo general, se recomienda realizar la prueba a personas menores de 50 años que han desarrollado cáncer de colon, así como a aquellos que han presentado dos tipos diferentes de cáncer, ya que esto puede indicar mutaciones genéticas significativas. Además, si un miembro de la familia ha sido diagnosticado con síndrome de Lynch, se recomienda que los familiares directos, como hermanos, hijos y padres, también se sometan a pruebas de detección. Es importante destacar que una vez que se confirma la presencia del síndrome en la familia, los hijos deben ser evaluados para descartar la condición.


Las personas diagnosticadas con síndrome de Lynch requieren de supervisión constante para detectar el desarrollo de cáncer de manera oportuna. Por lo tanto, deben iniciar con colonoscopias a edades tempranas, entre los 20 y 25 años, a diferencia de la población general, que debe comenzar a realizarse colonoscopias a los 45 años. Con esta supervisión, se detecta el cáncer de colon de manera temprana y el pronóstico es mejor por recibir tratamientos oportunos, evitando que el tumor crezca y se vuelva más complejo. Las personas afectadas por este síndrome también requieren supervisión de otros órganos que se afectan con esta enfermedad, como útero, ovarios, páncreas y estómago


El diagnóstico para el síndrome de Lynch se realiza a través de la secuenciación del ADN. Se trata de una prueba donde un laboratorio “lee” los genes y revisa si existen mutaciones. Nanolab, con su línea especializada en oncogenética, Truonco, realiza la secuenciación de los genes del síndrome de Lynch junto con otros genes asociados al cáncer para informar el estado de éstos. Con el informe de resultados, un oncólogo o genetista puede diagnosticar el síndrome de Lynch. Gracias a que se revisan otros genes asociados al cáncer, y no sólo los cuatro genes relacionados con el síndrome de Lynch, es posible crear perfiles de riesgo para otros tipos de cáncer hereditario. Dado que el síndrome de Lynch es una enfermedad altamente hereditaria, se debe llevar asesoría genética, un servicio que Nanolab también ofrece con su genetista clínico, quien podrá explicar el caso e informar acerca de patrones de heredabilidad y tratamientos. 


Secuenciación del ADN

La secuenciación de genes asociados al cáncer permite a laboratorios especializados, como Nanolab, analizar y detectar mutaciones genéticas. Esta técnica proporciona información crucial para el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad, así como para la evaluación de perfiles de riesgo. Gracias a la secuenciación, se pueden identificar las mutaciones genéticas y determinar su gravedad, lo que ayuda a los médicos a ofrecer diagnósticos precisos, pronósticos adecuados y recomendaciones de tratamiento personalizadas.



Referencias 


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